ESPIRALES DE AUSENCIA

Te entrego mis curvas y mis humedades

te ofrezco mis huecos y mis olores

te regalo mis alas

te doy  las Pléyades, Antares y Aldebarán.

Te enseño los misterios del Universo

te invito a navegar mis aguas,

turbulentas y piadosas,

te cambio poesías por caricias…

Aquí estoy,

como la noche,

como el día,

terrible,

petrificada de desalientos,

llena de pasión y de deseos,

expectante, anhelante, lujuriosa,

embriagada sin vino, solo de estrellas nocturnas,

y lluvias sobre el pavimento…

Esperándote…

Y vos, solamente espiralás de ausencia,

galopando lejos,

más allá del día y de la noche,

entregándome solo tu espalda,

que cada vez, encuentro más distante.

 

Junio de 1997