No vi la fecha de vencimiento…
Hay que estar atenta a las fechas de vencimiento. Cuando una compra el paquete hay que ver la fecha de vencimiento.
¿Qué sucede si tenemos este sutil descuido? sucede que una se lo saborea sin darse cuenta, con ganas, con placer. Una se engolosina, lo disfruta con los ojos, con las manos lo recorres entero de cabo a rabo, te lo calzas y te queda bien al cuerpo, encastra parte a parte, cada vez con mayor precisión.
Te acostumbras a tenerlo cerca, te acompaña, te soluciona cosas, siempre te hace reír y obviamente cada vez te preocupa menos ver la fecha de vencimiento.
¡Es que a veces están impresas en lugares tan raros! que depende de cómo ande una de tiempo y de ánimo para andar encontrándosela. A veces, también es tan buen producto que, adrede, decidimos no mirar la bendita fecha.
El problema lógicamente aparecerá después, el día que de golpe la vemos y justo coincide con la fecha del día.
¡Chicas! ¡En la vida hay que estar atentas!: Todos los hombres tienen fecha de vencimiento.
La sabiduría nuestra consiste en verla antes de llevar la mercadería, después generalmente es tarde porque el espíritu, el alma, ya se llenó de él, se acopló a él, se acostumbró a él…
Entonces… ¿Qué hace el alma con el producto vencido? ¿Cómo lo digiere? ¿Cómo lo procesa? ¿Cómo lo transforma?
En general se enferma, se daña y queda herida. Es una gran indigestión, con un gran período de recuperación y después ¡nunca queda igual!
Así que chicas, ¡estén atentas a las fechas de vencimiento! Después de varias indigestiones hay que aprender a cuidarse.
1997